domingo, 6 de enero de 2008

Conforme pasan los días

Hay miles de historias que comienzan con una tarde lluviosa. Miles de soledades que se han extraviado en la humedad y que van cambiando conforme pasan los días. Todo eso y mucho más es lo que veo esta tarde. En unas horas regresaré a la soledad de una habitación inmensa, tal vez escuche algo de música mientras un amago de ciudad se filtra por la ventana. Tal vez intente olvidar mi presente hasta quedarme dormido. Tal vez de tanto pensarte pueda soñar contigo, y así no me sentiré tan solo, y es que precisamente eso es lo más difícil.
Hoy es una de esas tardes en las que me quedo mirando al vacio por horas. Supongo que eso sucede cuando no tienes recuerdos agradables que evocar y el presente se convierte en una larga línea de decepciones que se van eternizando conforme muere el día. Así me siento desde hace meses. Abro los ojos huyendo de las mismas pesadillas, camino evadiendo los recuerdos, camino olvidando que estoy vivo. A veces pienso que hasta cierto punto es normal. Quizás vivimos encerrados en un círculo repetitivo y no nos damos cuenta de ello hasta que es demasiado tarde. Hay quienes viven una vida llena de alegrías y hay quienes se han acostumbrado a ver el infierno antes de morir. Yo habito en el segundo grupo y sólo me siento cansado de ver las luces alejarse de mi paso.
Mis mejores recuerdos han desaparecido, como los sueños que se esfuman cuando despiertas y sabes que soñaste algo agradable, pero no sabes que era. En eso se ha convertido mi paso por un mundo que me es tan lejano… casi es irreal.
Creo que vivir rodeado de tanta soledad y miseria me esta transformando en un autentico ser humano. Este es el mundo que he creado, esto es lo último que recordaré antes de morir, de eso… estoy seguro.

1 comentario:

Karina Falcón dijo...

Justo pensaba que la eternidad es la respiración dentro del círculo, la propia asfixia. Quizá cuando creemos mirar hacia el vacío, realmente miramos instantes e intuimos que el camino está en otro lado, por eso continuamos. Me robo una frase, que escuché de un buen amigo: "Ganas de caminar, se tienen" y entonces comienza la tarde lluviosa...