El ciclo por fin se cierra. El pasado emerge de entre mis sabanas para confundirse con mi presente y oscurecer el camino hacia un futuro que es cada día más incierto. Pareciera que entre mas trato de aferrarme a lo que alguna vez me hizo feliz, la vida se encarga de demostrarme que nada es para siempre, que pocas cosas perduran y que si lo hacen terminan por convertirse en un recuerdo doloroso de todo lo que alguna vez fueron. No logró entender esta necesidad de sumergirme en el pasado. De vivir el mismo dolor una y otra vez tratando de encontrar la respuesta a todo lo que ha salido mal.
Alguna vez pensé que la respuesta era el suicidio. Cuando la soledad y el dolor se mezclan para atormentar cada parte de lo que eres, tus ojos se llenan de un brillo de soledad insondable que reflejan la profunda pena de una vida que ha descubierto la cara cruel de la realidad, y descubres lo fácil que podría ser dar el siguiente paso. Te preparas para crear el epilogo de lo que hasta ese momento ha sido tu vida. Escoges el método y deseas con todo el dolor y toda la fuerza que eres capaz de reunir que todo termine. Es la primera vez que agradezco ser una persona insegura y haber dudado de mi decisión para buscar ayuda. De no ser por eso, hubiera ocurrido el 8 de octubre del año pasado.
A lo largo de estos últimos meses, he aprendido a vivir y disfrutar de estar solo. He pasado semanas enteras sin hablar con nadie buscando respuestas dentro de la soledad de mi propia existencia, solo para descubrir que siempre las he sabido.
Pocas personas han sido importantes en mi vida. La última me enseñó que soy capaz de amar a alguien desde lo más profundo de mis entrañas. El problema ocurre cuando te enamoras de una belleza que es más inestable que tú en sus emociones. Al final siempre descubres que eso tipo de mujer nunca vale la pena. El libro y todas las cartas que le escribí además de los dibujos que hice de ella están guardados debajo del closet de mi cuarto. Supongo que ahí se quedaran toda la vida por que es imposible que alguien los encuentre. Solo son un recuerdo de lo que soy capaz de sentir por alguien más.
Me preguntó que es lo que me depara el futuro. Si moriré joven, o de 95 años. Si alguna vez encuentre a la persona indicada o si seguiré solo por el resto de mi vida.
Alguna vez pensé que la respuesta era el suicidio. Cuando la soledad y el dolor se mezclan para atormentar cada parte de lo que eres, tus ojos se llenan de un brillo de soledad insondable que reflejan la profunda pena de una vida que ha descubierto la cara cruel de la realidad, y descubres lo fácil que podría ser dar el siguiente paso. Te preparas para crear el epilogo de lo que hasta ese momento ha sido tu vida. Escoges el método y deseas con todo el dolor y toda la fuerza que eres capaz de reunir que todo termine. Es la primera vez que agradezco ser una persona insegura y haber dudado de mi decisión para buscar ayuda. De no ser por eso, hubiera ocurrido el 8 de octubre del año pasado.
A lo largo de estos últimos meses, he aprendido a vivir y disfrutar de estar solo. He pasado semanas enteras sin hablar con nadie buscando respuestas dentro de la soledad de mi propia existencia, solo para descubrir que siempre las he sabido.
Pocas personas han sido importantes en mi vida. La última me enseñó que soy capaz de amar a alguien desde lo más profundo de mis entrañas. El problema ocurre cuando te enamoras de una belleza que es más inestable que tú en sus emociones. Al final siempre descubres que eso tipo de mujer nunca vale la pena. El libro y todas las cartas que le escribí además de los dibujos que hice de ella están guardados debajo del closet de mi cuarto. Supongo que ahí se quedaran toda la vida por que es imposible que alguien los encuentre. Solo son un recuerdo de lo que soy capaz de sentir por alguien más.
Me preguntó que es lo que me depara el futuro. Si moriré joven, o de 95 años. Si alguna vez encuentre a la persona indicada o si seguiré solo por el resto de mi vida.
Mientras tanto, la rueda sigue girando...
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